Sin temerle.
Esos días que aún son de invierno, pero que juegan a ser de verano.
Días como hoy...
Cuando me acuesto en el pasto,
bajo el sol de medio día, y cierro mis ojos.
Y lo único que hago es mover mis pies al ritmo de mi música...
Los movimientos son cada vez menos frecuentes;
hasta que finalmente se detienen,
dando cuenta que he caído rendida en los brazos de Morfeo
que se abren ante mí, tentándome a refugiarme en ellos.
... eso hago...
... eso hice...
Y sólo fueron unos minutos, bajo el sol...

No hay comentarios:
Publicar un comentario